Conoce el origen de nuestra historia

Dolivaé Aceites de Oliva, somos una empresa familiar con una tradición olivarera desde 1936 basada en la tierra, el trabajo y el aceite.

En 1936 la familia adquirió su primer fanega de tierra en el Cerro de la Vieja en Córdoba, España y desde esa fecha hemos trabajado durante tres generaciones en el cuidado de cada olivo, para que llegue a su mejor estado de salud y mediante procesos artesanales extraemos el Aceite de Oliva Virgen Extra de la mejor calidad delicatessen al gusto de los más exigentes paladares.

Misión

Llevar a todas las mesas de México y América el sabor de España para así contribuir al cuidado de la salud y a enaltecer el sabor de los alimentos de una forma saludable, orgánica y gourmet.

Visión

Ser el referente de Aceite de Oliva español de la más alta calidad y sabor en México y el continente americano.

Valores

• Salud

• Gourmet

• Calidad

• Innovación

• Transparencia

• Integridad

• Sostenibilidad

Elaboración

ACEITES DE OLIVA

Recolección

Las aceitunas se cosechan entre octubre y diciembre, cuando las temperaturas son más bajas para evitar que se deterioren.

Una vez en la almazara, se separan de impurezas como hojas, ramas o piedras y se lavan cuidadosamente para asegurar que el producto sea lo más puro posible.

Almazara: molturación, batido y centrifugado

Primero, se tritura la aceituna entera y luego se realiza un batido lento y en frío, donde las diferentes partes de la aceituna se separan, obteniendo las primeras gotas de aceite.

El material restante se somete a un proceso de centrifugado que permite extraer la mayor cantidad de aceite posible, mientras que el subproducto, llamado alperujo, se maneja posteriormente.

El aceite obtenido únicamente a través de procedimientos mecánicos se centrifuga nuevamente para eliminar cualquier pequeña cantidad de agua que pudiera acompañar a las aceitunas, obteniendo así un aceite de oliva completamente puro.

Para asegurar la máxima calidad y duración del aceite, se aplica un proceso de filtración, que elimina completamente cualquier residuo orgánico no deseado de la aceituna.

Una vez finalizado el proceso, los aceites son evaluados y degustados en la almazara para clasificarlos en las siguientes categorías:

Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE): Este aceite presenta una acidez química inferior a 0,8° y no tiene ningún defecto organoléptico. En el panel de cata, debe obtener un resultado de cero, y la mediana de frutado debe ser mayor que cero.

Aceite de Oliva Virgen: Su acidez es mayor que la del Virgen Extra, pero no supera los 2°. En el panel de cata debe obtener un resultado igual o inferior a 2,5, con una mediana de frutado superior a cero.

Aceite de Oliva Lampante: Presenta una acidez superior al 2% y varios defectos, lo que lo hace no apto para el consumo humano.

Las dos primeras categorías, el aceite de oliva virgen extra y el aceite de oliva virgen, tienen propiedades excepcionales y son aptas para el consumo directo después de ser envasadas.

Aceite de Oliva Lampante: Proceso de Refinado El aceite de oliva lampante, que comparte las mismas propiedades nutricionales que el aceite virgen y virgen extra, se somete a un proceso de refinado para hacerlo apto para el consumo humano.

Como resultado de esta refinación, se obtiene un aceite más suave y neutro, al cual se le añade aceite de oliva virgen extra para mejorar su sabor, creando así dos variantes: Aceite de Oliva Suave y Aceite de Oliva Intenso, ambos con un grado de acidez máximo del 1,5%, y listos para el consumo humano.